En
pocas ocasiones nos podremos encontrar un perro tan unido a la historia
de un país. El Braco Húngaro, padeció y finalmente resistió todos los
abatares que Hungría a soportado durante su dilatada historia. De la
raza ya se tiene
constancia a mediados del siglo XIV, en la obra La
crónica ilustrada de Viena, fechada en 1357, ya aparece una narración y
una ilustración de un perro de rasgos muy similares al actual Vizsla.
Posteriormente con la invasión del territorio Magiar por parte de los
turcos, se introduce en Hungría un perro cuyo manto era de un color
amarillo fuerte; el cruce entre el antiguo Vizsla, de color mas
anaranjado, con este perro turco determinó para siempre ese color
tierra tan
característico del Braco Húngaro.
La raza
pronto se extendió por todo el país, pero, como en otros
muchos casos, razas extranjeras, como el Braco Alemán, el Weimeraner o
los perros británicos, llegaron a Hungría y cazadores y criadores
inexpertos comenzaron a mezclar descontroladamente su sangre con la del
Viszla puro, provocando asi el declive de la raza.
La primera mitad del siglo XX fue trágica para Hungría, uno de
los países mas castigados por las guerras mundiales, el país fue
desgajado en varias partes y el Braco Húngaro se dispersó. A mediados
de siglo el número de ejemplares había descendido alarmantemente. En la
actualidad, gracias a un tremendo esfuerzo, la pureza de la raza está a
salvo, y gran número de cazadores europeos se valen de las grandes
cualidades de esta raza.
Estándar
Altura
a la cruz de 57 a 62 cm. en los machos y de 53 a 58 en las hembras. Peso
entre 22 y 28 kilos.
Cabeza de aspecto noble y distinguido, el hocico a de ser algo mas
largo que el cráneo y de forma cuadrada. Stop moderadamente marcado.
Ojos siempre mas oscuros que el manto, mirada inteligente. Orejas de
implante medio, forma triangular.
Cuello delgado, musculado, elegante, sin papada.
Tronco muy bien proporcionado y musculoso. Zona dorsal recta y
bastante ancha, algo arqueada. Lomo ancho y corto. Tórax profundo,
amplio, desciende hasta los codos. Costillas bastante arqueadas, en
forma de tonel. Grupa fuerte, ancha, descendente hacia la cola. Vientre
moderadamente recogido.
Cola: debe ser amputada al menos un tercio del total. Extremidades delanteras: Rectas, fuertes,
musculadas.
Codos paralelos al cuerpo. Extremidades traseras: de formas alargadas y
ángulos bastante cerrados, tendones fuertes y flexibles. Pies de gato,
redondos, de dedos apretados y almohadillas resistentes.
Pelo corto, liso, muy tupido y brillante. Manto: los colores aceptados son todas las
tonalidades de amarillo trigo, prefiriéndose las mas oscuras.
Trabajo
Una jornada
con el Braco Húngaro siempre a de estar unida a una concepción de la
caza como expresión artística. La belleza plástica de sus movimientos y
la elegancia de sus formas convierten a este perro en un auténtico Top
Model de las razas de caza. Posee además un olfato magnífico que sabe
utilizar con la inteligencia propia de los perros continentales. En la
caza de pluma, su favorita, desarrolla una busqueda rápida y muy
intuitiva, portando la cabeza a media altura y galopando velozmente
aunque siempre a distancia de disparo. La muestra del Braco Húngaro es
posiblemente la mas bella de las continentales, suele aparecer de forma
instantánea una vez detectada la fuente de emanación y refleja la
sobriedad y concentración, características del carácter del Vizsla.
El Braco Húngaro, merced a su impresionante forma física, está dotado
de una gran resistencia en todo tipo de terrenos, aunque es en las
grandes extensiones poco accidentadas donde mejor se desenvuelve; por
lo tanto no es de extrañar que se adapte a la perfección a nuestros
páramos y cultivos.
A la hora de cobrar este perro es obediente y eficaz, contando, como
otra de sus virtudes, con una boca bastante blanda. En el cobro en agua
se comporta de forma excepcional.